martes, 30 de junio de 2009

10 razones para que rías más.

Julio Bevione. (Continuación)

En el tríptico anterior Julio no dijo que la risa: nos relaja, nos acerca, nos hace productivo. Ahora continuamos:
· Nos rejuvenece y adelgaza. Los especialistas en terapias de risa aseguran que una buena carcajada puede ser tan beneficiosa para la salud como hacer ejercicios o llevar una dieta balanceada. Además, liberarnos del estrés rejuvenece la circulación del sistema linfático y fortalece el sistema inmunitario. Si nos sentimos con poca energía o vemos subir la balanza sin una razón obvia, posiblemente nos haga falta reírnos un poco más.
· Nos saca del drama. ¿Qué dramón sobrevive a una carcajada? Reirnos pone en perspectiva lo que nos sucede. Suponemos que para ser adultos responsables debemos estar siempre serios y consideramos insensato ver con humor nuestros asuntos personales. Reirnos sacude los juicios y los prejuicios, nos vuelve menos analíticos, pero más efectivos a la hora de decidir. Dejemos el drama para las telenovelas. ¡Lejos de nuestra vida!
· Nos conecta con los niños. Cuando los adultos sonreímos, los niños nos responden en seguida. Pero no siempre ocurre al revés. Al compartir con los pequeños, dejémonos llevar por su sentido del humor y así permitiremos que despierte nuestro niño interior, al que muchas veces desatendemos para ocuparnos de las responsabilidades de adultos.
· Nos libera de emociones negativas. Mostrar una sonrisa o afrontar con buen humor las situaciones que normalmente nos producen tensión, también son maneras adecuadas de acabar con los hábitos emocionales negativos. Les aseguro que no hay rencor, celos o enojo que se resistan a esta fórmula de bienestar.
· Nos solidariza. Es cada vez más frecuente ver a payasos en los hospitales. En Barcelona está la sede de Payasos sin Fronteras, una organización que divierte a niños convalecientes, haciéndolos recobrar el optimismo, ingrediente esencial para su recuperación. Visitemos a un enfermo para leerle historias graciosas o escucharlo, permitiéndole ver lo que sucede con mejor humor. Esto ahuyentará su tristeza y la nuestra. ¡Dar alegría para recibirla!
· Nos reconecta con la pareja. Una sonrisa activa, una porción mágica para trascender los problemas de pareja: la aceptación. Siempre hay razones para la discordia. Usemos la sonrisa para combatirla. Ella tiene el poder de trascender cualquier circunstancia y permite abrirnos al otro sin reparos. Al sonreir acabamos con la resistencia y nos permitimos dar un paso que nos acercará más a nuestro compañero(a) de vida.
· Nos hace más honestos. Hay cosas que no nos animamos a decir, pero la gaveta en la que guardamos lo que nos callamos tiene capacidad limitada. Con una sonrisa es más fácil compartir un secreto que nos daba miedo confesar. Es posible que terminemos riéndonos de lo que pensábamos que no podríamos expresar. Y sentiremos el alivio de llevar encima un peso menos.
Fuente: Selecciones. N°. 821. Abril 2009.pp 68-70

Nota: Pongamos en práctica esas diez razones para reir más, busquemos la oportunidad para reírnos y hacer reir a los demás, pero no con una risa fingida, que también sabemos como hacerla, sino con una risa natural para que no nos pase lo que a Garrik que hacía reir a los demás, pero que no podía él mismo quitarse la tristeza. Seamos conscientes de nuestra debilidad humana, acerquémonos a Dios por medio de la oración.

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