jueves, 30 de abril de 2009

¡PAPÁ, NO ME PEGUES!

“¡Tus golpes no sólo hieren mi cuerpo, golpean mi corazón. Me hacen duro y rebelde, terco, torpe y agresivo.

Tus golpes me hacen sentir miserable, pequeño e indigno de ti, … mi héroe, me llenan de amargura, bloquean mi capacidad de amar, crecen mis temores y nace en mí el odio.

Papi, tus golpes me alejan de ti, me enseñan a mentir, cortan mi iniciativa, mi creatividad y mi alegría. … ¡No me golpees más!

Soy débil e indefenso ante tu fuerza; tus golpes enlutan mi camino y, sobre todo, endurecen mi alma.
Recopilado por el Profr. Juan Orcillez Guzmán.

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