lunes, 31 de agosto de 2009

REFLEXIONES

BENDICIONES DEL ANCIANO.

“Benditos sean aquellos que entienden lo torpe de mi caminar y la poca firmeza de mi pulso.
Benditos sean aquellos que comprenden que ahora mis oídos se esfuerzan por oir las cosas que ellos dicen.
Benditos sean aquellos que parecen comprender que mis ojos están empañados y mi sentido del humor es limitado.
Benditos sean aquellos que disimulan cuando derramo el café sobre la mesa.
Benditos sean aquellos que con una sonrisa amable se detienen a charlar conmigo por unos momentos.
Benditos sean aquellos que comprenden mis fallas de memoria y nunca me dicen: “ya has repetido la misma historia dos veces”.
Benditos sean aquellos que saben despertar recuerdos de un pasado feliz.
Benditos sean aquellos que me hacen saber que soy querido y respetado y que no estoy solo.
Benditos sean aquellos que saben lo difícil que es encontrar fuerzas para llevar mi cruz.
Benditos sean aquellos que, con amor,
me permiten esperar tranquilo el día de mi partida” ¡Benditos sean!

Recopilado por el Profr. Juan Orcillez Guzmán.

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