viernes, 31 de julio de 2009

CUANDO YA NO PUEDA.

“El día que esté viejo y ya no sea el mismo, ten paciencia y compréndeme.

Cuando derrame comida sobre mi camisa y olvide cómo atarme los zapatos, recuerda las horas que pasé enseñándote a hacer las mismas cosas.

Si cuando platiques conmigo, repito y repito la misma historia que tú conoces de sobra, no me interrumpas y escúchame.

Cuando eras pequeño, para que te durmieras, tuve que contarte miles de veces el mismo cuento hasta que cerraras tus ojitos.

Cuando haga mis necesidades frente a otros, no me avergüences, no tengo culpa de ello, no puedo controlarlo. Piensa cuántas veces te ayudé de niño, pacientemente.

No me reproches porque no quiera bañarme, ni me regañes por ello. Recuerda cuando te perseguía y los mil pretextos que inventaba para hacerte más agradable tu aseo.

Acéptame y perdóname ya que el niño ahora soy yo.

Cuando me ves inútil e ignorante frente a todas las cosas que tú sabes y que ya no podré entender, te suplico que me des dodo el tiempo que sea necesario para no lastimarme con una risa burlona o tu indiferencia. Siempre participé en la educación que hoy tienes para enfrentar la vida, tan bien como lo haces.

Y si fallan las piernas por estar cansadas, dame una mano tierna para apoyarme, como lo hice cuando comenzaste a caminar con tus débiles piernitas.

No te sientas triste o impotente por verme como me ves. Dame tu corazón, compréndeme. De la misma manera como te he acompañado en tu sendero, acompáñame a terminar el mío. Dame amor y paciencia que yo devolveré gratitud y sonrisas con el inmenso amor que tengo por ti.

Piensa que con el paso que me adelanto a dar, estaré construyendo para ti otra ruta de amor en otro tiempo.”
================================
“La vejez comienza cuando el recuerdo es más fuerte que la esperanza.” Proverbio Hindú.

Recopilado por Juan Orcillez Guzmán

No hay comentarios:

Publicar un comentario